Mi amorcito porteño. Part II

Pues si. Hizo falta otra gripe con infección en la garganta para que me obligaran a tomar reposo y finalmente me pudiera acostar en mi camita y retomar mi blog.

El 11 de febrero fue el gran día. Fui al aeropuerto a recibir a mi adorado amorcito porteño. ¿Qué iba a pasar? ¿Cómo reaccionaríamos? ¿Nos abrazaríamos? ¿Nos besaríamos en pleno aeropuerto? ¿Y si nos sentimos como extrañas? ¡Ay que nervios!

Llego y apenas la vi antes de atravesar las puertas de vidrio se esbozo una enorme sonrisa en mis labios! Tan grande que casi se me salía de la cara. O sea, ¿No es lo más romántico del mundo que alguien a quien conociste por 8 días en persona y 3 meses después por Skype venga de tan lejos a verte? Pues a mi me parece lo mas romántico que alguien ha hecho por mi! O sea! Mi ex a veces no quería venir de Valencia que esta a 2 horas en bus! Ustedes me dirán!

Anyway, nos abrazamos, hablamos, todo fue tan natural, tan cómodo, como si nos conociésemos de toda la vida. Esa noche fuimos a comer a La casa del Llano porque obviamente lo primero que tenia que comer en estas tierras era arepa! Pedimos una arepa de reina pepeada y una cachapa para compartir. Le gusto la cachapa (Que sorpresa, Ja) pero no la reina. A mi me gustó mi argentina bella! Se me olvidaron por completo los 13 años de diferencia de edad.

Ese día no salimos a tomar ni nada porque aparte que ella no bebe alcohol (bueno, no bebía, ahora ama las smirnoff) al día siguiente teníamos que levantarnos temprano porque nos íbamos a Margarita. Realmente es una experiencia bastante interesante ver como las cosas que para uno son normales para los extranjeros son inauditas. Explico esto porque a pesar que llegamos 45 minutos antes del vuelo, lo perdimos. Si, obviamente sobre vendieron el vuelo, algunos losers llegaron mas temprano que nosotros y ya no cabíamos, y lo mas que podían hacer por nosotros era embarcanos en el vuelo de las 2 de la tarde. Ella no lo entendía, quería pelear y demás y yo solo le decía “Bienvenida a Venezuela, la tierra de lo posible”.

En fin, llegamos a Margarita tipo 3. Yo tenía mas de 20 años que no iba así que estaba igual de turista que ella. Llegamos a una posada muy bonita en el área de Playa el Agua. No me quejo de las instalaciones, pero si del servicio. De paso que el desayuno era terrible, había un tipo que era como el supervisor nocturno o algo así que se le notaba demasiado su “emoción” al ver a dos mujeres juntas compartiendo la habitación, mas que nosotros teníamos la habitación que estaba justo al lado de la recepción. Lo bautizamos Eduardo Paja.

En Margarita la pasamos fenomenal a pesar de que el 75% de las cosas estaban cerradas por “temporada baja”, aun así disfrutamos de Playa el Agua, Parque el Agua, fuimos al Sambil e hicimos un tour que llaman Jeep Safari donde te pasean por toda la Isla, vas al Castillo, a la Iglesia, haces el paseo de la restinga, almuerzas y te echas un baño en Punta Arena y luego te llevan a un sitio cerca del Hesperia de Pedro Gonzalez a ver el atardecer. Vale la pena, lo único chimbo es que el otro jeep que andaba con nuestro jeep-sero, se accidentó 3 veces durante el camino y el conductor de nosotros tenía que devolverse a auxiliarlo! Por cierto, casualmente tocamos en el jeep con par de carritos argentinas. Bueno de hecho a todas partes donde íbamos en Margarita estaba rodeada de Argentinos! La extranjera parecía yo! De resto genial.

Luego volvimos a Caracas donde hicimos mercado y mi amorcito porteño se sorprendió de que no conseguimos leche por ninguna parte. La llevé por Capitolio y caminamos todo por la Hoyada, Parque Carabobo, Bellas Artes, comimos en Pipoka y le encantó. Al día siguiente la llevé por los museos, el de Ciencias fue el más decente ya que el de Arte solo tenía 3 salas operativas y solo pudimos ver una porque “Hoy solo habemos 4 y las demás están comiendo”, según palabras de la chica del museo. De allí la llevé al Museo de los Niños porque la quería llevar a ver el planetario pero para variar en este país, no estaba en funcionamiento. Igual entramos al museo y realmente me dio dolor ver como ha decaído, la mitad de los aparatos no funcionaban o los que funcionaban algunos no tenían los datos correctos. Como se les ocurre jactarse de tener un sitio educativo y tener computadoras que digan que Venezuela tiene 22 millones de habitantes de los cuales 30% son católicos, 30% protestantes y 21% musulmanes…. ¿Musulmanes? ¿21% musulmanes? ¿Aquí? No me jodan.

Al día siguiente la llevé a Sabana Grande y caminamos Chacaito, Chacao, Altamira y su obelisco, La Estancia que nunca había ido y me pareció lindo y finalmente el parque del Este donde la pasamos súper. Luego subimos al Ávila a ver el atardecer y en la noche la llevé a cenar al Hatillo. ¿No soy algo genial también yo? Jajaja.

Esa noche fuimos un rato a Copas para que conociera las discos de aquí. El día anterior la había llevado a un sitio que me recomendó una amiga que se llamaba Koa en Sabana Grande, la parte de arriba. Primera vez que iba. Me gustó. Para la zona tan fea está decente.

Al día siguiente la levanté relativamente temprano (10am) para que subiéramos el Ávila. Pobrecita! Sufrió! Jajaja. Pero le gustó mucho el contacto con la naturaleza, estuvimos como 2 horas descansando allá arriba y luego bajamos, almorzamos, “descansamos” y en la noche quise llevarla a ver una obra de teatro. No encontramos para Brujas pero si para Confesiones de Mujeres de 30. La obra sencillamente G-E-N-I-A-L. Y Daniela Bascopé súper mega recontra linda, hermosísima y talentosa. Casi tan linda como mi amorcito porteño! Jeje.

O sea, fueron de verdad 9 días de ensueño. Mi amorcito porteño no solo es bella, con unos ojos verde-marrón-amarillos para morirse, sino que es demasiado inteligente, comprensiva, graciosa, buena en todo (if you know what i mean!), sencillamente la novia perfecta. Bueno no, no es perfecta, es argentina y vive en Bs As.

Hoy conversaba con mi ultima ex por pin y le decía que ella me subió tanto mis estándares que ahora no consigo novia aquí en Venezuela! Tengo que ir a buscármelas a otro país!

Fue muy triste ese domingo que la tuve que llevar al aeropuerto. Mientras terminaba de hacer su maleta, busqué en mi equipo de sonido “Canción Desesperada” de LODVG y la puse a todo volumen y me fui al cuarto a abrazarla durante toda la canción. No pude contener las lágrimas. Fue tan linda toda la experiencia. Fue la segunda parte de la película que empezamos en mi viaje a Buenos Aires. Según sus propias palabras, la primera fue romance puro, y esta segunda fue intensidad pura. Buenos Aires es una ciudad romántica, y Caracas es una ciudad intensa, mejor no lo pudo haber descrito. Luego en el carro, ella me dijo que “Inmortal” también de LODVG era nuestra canción, que me acordara de ella cada vez que la escuchara. Si antes amaba esa canción ahora la recontra amo. “… que corto fue el amor y que largo el olvido…”

Continuara....