sábado, 14 de agosto de 2010

El Baul de los Recuerdos.

Hoy estaba en mi cuarto limpiando y ordenando un poco las gavetas y me encontré con un montón de fotos y escritos viejos. Viendo las fotos noté como pasé de ser una huesuda raquitica a los 14 años a la gordita medio varoncito a los 18 y me veo ahorita y digo WOW! Aunque siempre he tenido la misma cara, definitivamente mi cuerpo ha pasado por muchos cambios.

Aparte de eso encontré unos poemitas de 1996, una carta que le escribí a una chama con la que me obsesioné cuando tenía 19 años (la cual escribí en ingles –según la carta porque me era mas fácil expresar mis sentimientos en ingles- y en la que hoy detecté al menos 15 errores de conjugaciones y terminaciones.) Yo de verdad tenía problemas con los verbos en pasado. Bueno, hoy me doy cuenta que fui una psicópata anormal, me obsesioné y monté en un pedestal a alguien con quien había cruzado 5 palabras en mi vida, de paso que no era tan bonita tampoco. Yo la solía llamar “Mi adorado tormento”, pero hoy en día puedo decir que fue “La que despertó el gen psicópata y acosador en mi”: Gracias a Dios y a la madurez ese gen murió.

Ok, adicional a eso encontré algo que les voy a publicar hoy porque me pareció tan cute y gracioso que definitivamente tiene que ser leído. Es medio estúpido también, pero a mi me gustó 

Erase una vez en un universo paralelo al que los seres cuerdos conocen, un mundo totalmente diferente a este. La noche es día, los gordos son (somos) hot, los blancos son rechazados, etc, etc, etc. Allí existía un planeta llamado Claudi-landia en donde Clau-dita era por supuesto ama y señora de el. Lamentablemente el planeta vecino se llamaba Ladron-landia y allí estaban las grandes lacras de la humanidad. Interpable, Robilnet, Telzen entre muchas otras.

Clau-dita quería traer tecnología intergalactica a su planeta, esto con el fin de otorgarle a sus habitantes la posibilidad de comunicarse con otros planetas. La inocente reina se fue a Ladron-landia e hizo un pacto con dos de las empresas. Ella dejaría entrar a las dos compañías ladronas a su país pero ellos a cambio debían proveer comunicación celu-inter-planetaria a todos sus habitantes y a un bajo costo. Robilnet y Telzen aceptaron el dichoso trato, se instalaron en Claudi-landia y empezaron a ofrecer sus servicios.

Para generar confianza entre los habitantes Clau-dita optó por comprar el primer móvil interplanetario. Estudió sus opciones y finalmente compró un LG diminutivo de La Granestafa. Al mes el hermoso y elegante aparato dejo de funcionar. Al parecer el auricular se le había dañado. Clau-dita lo llevó a la sede principal de Tel-zen quienes recibieron el teléfono de mala gana y se lo devolvieron un mes después “como nuevo”: Sin embargo cuando Clau-dita le pidió a la robot de silicona que efectuara una llamada para verificar el estado del auricular pero esta no lo pudo hacer porque ahora el teclado no funcionaba!!. Clau-dita ya estaba empezando a molestarse, los ladrones de Ladron-landia estaban empezando a hacer de las suyas en Claudi-landia.

Después de una serie de histerias en la sede de Telzen una de las robots directivas cuyo silicona se le había bajado al estomago, le propuso a Clau-dita que por 100 mil claudivares más podría llevarse el GTRAN, diminutivo de Gay-Transexual. A pesar de parecerle un nombre bastante inusual para un teléfono igual aceptó, ya que al igual que los gays de su planeta, el teléfono era elegante, delicado y un poco afeminado.

Al día siguiente Clau-dita volvió con su teléfono inservible y sus 100 mil Claudivares más para comprarse su teléfono Gay-Transexual pero cual es su sorpresa que al llegar a Telzen la robot le indica que hubo un pequeño malentendido y que ahora el teléfono GTRAN costaba 190 mil claudivares más. O sea????... ¿Acaso los contratos verbales ya no significan nada? ¿Ahora todo el mundo puede retractarse de lo que diga? ¿Acaso no cuenta ya la imagen y credibilidad de Telzen? (Que bien por el suelo esta según el concepto de Clau-dita)

Clau-dita volvió a histerizarse a lo que los directivos respondieron amargadamente ofreciéndole un teléfono llamado KYOd`aCERA. ¿Kayo de Acera? Se pregunto a si misma Clau-dita, pero por no quedarse sin teléfono interplanetario un día más aceptó.

El conector interplanetario tenía sus fallas de vez en cuando pero daba la talla la mayoría del tiempo. Tenía una hermosa luz azul mientras que los demás teléfonos tenían luz verde. Pero un fatídico día, 8 meses después de que Telzen le había entregado el ejemplar KYOd`aCERA, el teléfono interplanetario sencillamente murió. No agarró señal nunca más.

Clan-dita fue de nuevo a las oficinas de Telzen donde le informaron que lamentablemente la garantía estaba vencida, ya que el año corría a partir de la compra del teléfono LG y no a partir de la entrega del KYOd`aCERA.

Clau-dita se resignó así que con los Claudivares que tenía ahorrados para su ropa navideña compró otro teléfono, esta vez un rOcKIA 2112. Este teléfono auguraba un buen futuro hasta que un pequeño malentendido con la facturación de las llamadas que le pasó Telzen a Clau-dita donde le cobraban de más hizo a Clau-dita reventar de rabia y lanzar una bomba de hidrogeno a Ladronlandia.

Fin.

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